Tipos de neurotransmisores
Finalmente nuesta última publicación sobre el maravilloso universo de las neuronas, vamos a leer sobre que son y los tipos de neurotransmisores:
Los 12 tipos de neurotransmisores (y qué funciones desempeñan)
El sistema nervioso está involucrado en absolutamente todo. Cualquier proceso que realiza nuestro cuerpo es posible gracias a este conjunto interconectado de neuronas que permite que, un recipiente de células como somos los humanos (y cualquier otro ser vivo), dé lugar a un organismo complejo capaz de relacionarse tanto con el medio como consigo mismo.
Desde el latir del corazón hasta experimentar olores, pasando por sentir los cambios de temperatura, disponer de sentido del tacto, caminar, correr, pensar, imaginar, recordar, respirar… Cualquier proceso fisiológico imaginable es posible gracias a que disponemos de una “autopista” de transmisión de información.
Y esta información, que en nuestro cuerpo circula en forma de impulsos eléctricos, viaja a través de las neuronas para llegar a su sitio de destino, ya sea el cerebro o cualquier músculo, tejido u órgano del organismo.
Pero este salto de información de una neurona a otra no sería posible sin la presencia de unas moléculas muy especiales: los neurotransmisores. Así que hoy hablaremos acerca de estos neurotransmisores, sin los cuales el sistema nervioso no podría funcionar y, por lo tanto, no podríamos vivir.
¿Qué son los neurotransmisores?
Los neurotransmisores son unas moléculas sintetizadas por las neuronas, las células especializadas que conforman la parte funcional del sistema nervioso, que funcionan como mensajeros, es decir, transmiten la información de una neurona a otra sin que se pierda nada de información, manteniendo constante el impulso nervioso con el mensaje. Este proceso recibe el nombre de sinapsis.
Pero para entender qué son, primero debemos repasar cómo funciona el sistema nervioso y cómo se comunican las neuronas entre sí. Para ello, tenemos que imaginar el sistema nervioso como un conjunto de neuronas interconectadas, formando una autopista entre ellas. Aunque es muy importante recordar que las neuronas son células individuales y, a pesar de que se agrupan formando “filas” de miles de millones de ellas, hay un espacio entre cada una.
Y para transmitir señales, hay que conseguir que el mensaje, en forma de impulso eléctrico, llegue desde una parte del cuerpo a otra. Ya sea un mensaje con la información “me estoy quemando” desde las neuronas receptores en la punta de los dedos hasta el cerebro o “mueve la mano” desde el cerebro hasta los músculos de las manos, hay que conseguir que el impulso viaje de forma increíblemente rápida (a más de 360 km/h) a lo largo de una red de miles de millones de neuronas.
Para ello, el impulso eléctrico debe saltar de una neurona hacia otra. Pero, ¿cómo consiguen esto? Muy “sencillo”: neurotransmisores. Cuando la primera neurona que se ha activado eléctricamente con el mensaje tiene que avisar a la siguiente neurona de la red de que hay que seguir la señal, empieza a sintetizar por su parte terminal (conocida como botones sinápticos) los neurotransmisores, unas moléculas que se liberan al espacio que hay entre neurona y neurona.
Una vez han sido liberados, la siguiente neurona de la red los absorberá. Y una vez dentro, dependiendo de qué tipo de neurotransmisor sea (a continuación los analizaremos uno por uno), esta neurona sabrá de qué manera concreta tiene que activarse eléctricamente. Y una vez se haya cargado, esta segunda neurona sintetizará los mismos neurotransmisores, que serán captados por la tercera neurona. Y así una y otra vez hasta completar la “autopista”.
- Te recomendamos leer: “Las 9 partes de una neurona (y sus funciones)”
Por lo tanto, los neurotransmisores son unas sustancias que, dependiendo de qué tipo sean, activarán de una forma u otra las neuronas para que transmitan el mensaje correcto en forma de impulsos nerviosos. Para encontrar una similitud, podríamos considerar las neuronas como la “línea telefónica” y los neurotransmisores como las “palabras” que decimos al hablar.
¿Cuáles son los principales tipos de neurotransmisores?
Los neurotransmisores son moléculas endógenas (sintetizadas por nuestro propio organismo) que son liberadas al espacio sináptico, es decir, la diminuta región que separa las neuronas de la red del sistema nervioso.
Dependiendo de si su función es inhibir (reducir la funcionalidad) o excitar (activar eléctricamente) a la siguiente neurona con la que se encuentran y de sus objetivos, estaremos ante un tipo u otro de neurotransmisor. A continuación presentamos los 12 principales.
1. Dopamina
La dopamina es uno de los neurotransmisores más conocidos, aunque es más famoso por su papel como hormona que por el que tiene realmente como transmisor de impulsos eléctricos. La dopamina se genera únicamente en el cerebro y cumple con funciones muy importantes.
Es imprescindible para regular el sistema musculoesquelético, pues regula la comunicación a través del sistema central para que la información llegue después a todos los músculos motores del cuerpo. Por lo tanto, la dopamina permite la coordinación del movimiento.
Además, se conoce como la hormona (o neurotransmisor) “de la felicidad”, y es que al permitir la comunicación entre las neuronas del sistema nervioso central, también tiene una gran influencia en la conducta, siendo responsable de propiciar la sensación de placer, bienestar, relajación y, en definitiva, de felicidad.
La dopamina también es muy importante para, gracias a esta comunicación entre neuronas del sistema nervioso central que propicia, favorecer la memorización, la concentración, la atención y el aprendizaje.
2. Adrenalina
La adrenalina es un neurotransmisor que se sintetiza cuando estamos ante situaciones de estrés. Y es que “enciende” los mecanismos de supervivencia de nuestro organismo: acelera el ritmo cardíaco, dilata las pupilas, aumenta la sensibilidad de nuestros sentidos, inhibe las funciones fisiológicas no imprescindibles en un momento de peligro (como por ejemplo la digestión), acelera el pulso, incrementa la respiración, etc.
3. Serotonina
Igual que sucede con los dos anteriores, la serotonina también funciona como hormona. Sintetizada por las neuronas del sistema nervioso central, su principal función es la de regular la actividad de otros neurotransmisores, por lo que está implicada en el control de muchos procesos fisiológicos distintos: regula la ansiedad y el estrés, controla la temperatura corporal, regula los ciclos de sueño, controla el apetito, incrementa o reduce el deseo sexual, regula el estado de ánimo, controla la digestión, etc.
4. Noradrenalina
La noradrenalina es un neurotransmisor muy similar a la adrenalina que también funciona como hormona del estrés. La noradrenalina se centra en regular la frecuencia cardíaca y potenciar nuestra capacidad de atención cuando sentimos que estamos ante un peligro. De igual modo, la noradrenalina también regula la motivación, el deseo sexual, la ira y otros procesos emocionales. De hecho, los desajustes en este neurotransmisor (y hormona) se han relacionado con trastornos anímicos como la ansiedad e incluso la depresión.
5. GABA
A diferencia de los anteriores, el neurotransmisor Ácido Gamma Aminobutírico (GABA) es inhibitorio, es decir, reduce el nivel de excitación de las neuronas. El neurotransmisor GABA inhibe la acción de otros neurotransmisores para regular así nuestro estado de ánimo y evitar que las reacciones de ansiedad, estrés, miedo y otras sensaciones desagradables ante situaciones que nos generan malestar sean exageradas.
Es decir, GABA tiene funciones tranquilizantes, por lo que desajustes en él se han relacionado con problemas de ansiedad, insomnio, fobias e incluso depresión. De igual modo, también es importante para controlar el sentido del olfato y la vista.
- Para saber más: “GABA (neurotransmisor): funciones y características”
6. Acetilcolina
La acetilcolina es un neurotransmisor que no desempeña sus funciones en el cerebro ni el sistema nervioso central, sino que lo hace en las neuronas que están en contacto con los músculos, es decir, en el sistema nervioso periférico.
La acetilcolina tiene una función tanto inhibitoria como excitatoria dependiendo de las necesidades, siendo la responsable de regular las contracciones y relajaciones musculares. Por lo tanto, es importante para todos los procesos en los que intervienen los músculos, ya sea de forma voluntaria o involuntaria, es decir, prácticamente todos. También es importante en la percepción del dolor y participa en funciones relacionadas con el aprendizaje, la formación de recuerdos y los ciclos de sueño.
7. Glutamato
Presente en cerca del 90% de los procesos químicos que suceden en nuestro cerebro, el glutamato es el principal neurotransmisor del sistema nervioso central. No es de extrañar, pues, que esté involucrado y tome un papel imprescindible en muchos procesos: regula la información procedente de todos los sentidos (vista, olfato, tacto, gusto y oído), controla la transmisión de mensajes motores, regula las emociones, controla la memoria y su recuperación, además de tener importancia en cualquier proceso mental.
Cabe destacar que problemas en su síntesis están relacionados con el desarrollo de muchas enfermedades neurológicas degenerativas, como por ejemplo el Alzheimer, el Parkinson, la epilepsia o la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
8. Histamina
La histamina es una molécula sintetizada por varias células de nuestro cuerpo, no solo por las neuronas. Por ello, además de actuar como neurotransmisor, también forma parte del sistema inmunitario y del sistema digestivo.
Sea como sea, su papel como neurotransmisor es muy importante. Y es que la histamina tiene un rol notorio en la regulación del sueño y la vigilia, en el control de los niveles de ansiedad y estrés, en la consolidación de la memoria y en el control de la producción de otros neurotransmisores, ya sea inhibiendo o potenciando su actividad.
9. Taquicinina
La taquicinina es un neurotransmisor con una gran importancia en la experimentación de las sensaciones de dolor, en la regulación del sistema nervioso autónomo (las funciones involuntarias como la respiración, los latidos del corazón, la digestión, la sudoración…) y en la contracción de los músculos lisos, es decir, los que conforman el estómago, los intestinos, las paredes de los vasos sanguíneos y el esófago.
10. Péptidos opioides
Los péptidos opioides son unos neurotransmisores que, además de tener un papel analgésico (reduce la sensación de dolor) durante el procesamiento de las sensaciones que experimentamos, la regulación de la temperatura corporal, el control del apetito y las funciones reproductivas, también es el que genera la dependencia a fármacos y otras sustancias potencialmente adictivas.
11. ATP
El ATP es la molécula que utilizan todas las células de nuestro cuerpo para obtener en energía. De hecho, la digestión de los alimentos que consumimos culmina en la obtención de estas moléculas, que es lo que realmente da energía a las células.
De todos modos, el propio ATP y los productos obtenidos de su degradación también funcionan como neurotransmisores desarrollando funciones similares a las del glutamato, aunque no tiene una relevancia tan grande como la de este neurotransmisor. Sea como sea, el ATP también permite la sinapsis entre neuronas, es decir, la comunicación entre ellas.
12. Glicina
La glicina es un aminoácido que también puede funcionar como neurotransmisor. Su papel en el sistema nervioso consiste en reducir la actividad de otros neurotransmisores, desarrollando un papel inhibitorio especialmente importante en la médula espinal. Por lo tanto, tiene implicaciones en la regulación de los movimientos motores, ayuda a que estemos en un estado de calma cuando no hay amenazas y permite que las funciones cognitivas se desarrollen de forma adecuada.
REFERENCIAS:
Pol Bertran Prieto, (2020), "Los 12 tipos de Neurotransmisores y que funciones desempeñan", recuperado de: https://medicoplus.com/neurologia/tipos-neurotransmisores
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